Feliz Día del Maestro!

Miles de niños han ido hoy a ver a sus maestros con una rosa entre sus manos y la pregunta inquisidora: ¿Por qué el Día del Maestro Bin Laden tiró un par de aviones contra dos torres gemelas? ¿Acaso la maestra de Bin Laden lo retaba mucho cuando este hacía avioncitos de papel y los tiraba en medio de la clase hacia las gemelas largas piernas de la maestra?

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Nada de eso. Fue por una vieja historia que Doña Esfinge, contemporánea del protagonista de la historia, la maestra más veterana del colegio, contó a los niños como un cuentito:

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El 14 de febrero de 1811 en pleno verano sanjuanino nació Domingo Fantino Sarmiento. Domingo por el Pocho, Fantino por el relator y Sarmiento por el equipo de fútbol de Junín, de dónde sería el amante de Doña Paula Alba Racing Clú, madre del Domingo. Fue eselente aluno, muy bicho, muy inteligente (sus compañeritos decían que no tenía un pelo de sonso). Ya en la escuela Dominguito le regaló un telar a la madre para que labure y se deje de joder y de mandarlo a limpiar las espuelas de los jinetes en los semáforos. “Las ideas no se matan” - supo decir un día - “se matan a los ideotas que las dicen” - culminó diciendo al tiempo que el Chacho Peñaloza moría al grito de “Fantino, sanjuanino chupavino!!” A Sarmiento la cosa no le gustó, y desde entonces la cara que le conocemos. Criticó a Rosas (“no me gustan sus espinas”), a Urquiza (“tren para maricas el Urquiza, no como el Sarmiento que sale desde la estación Once de Septiembre, un día como hoy…”) y a Basile (“no puede seguir poniendo a esa estatua de Riquelme”).

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Escribió “Facundo, Civilización y Barbarie” donde junto con Jorge Rial cuentan la oscura vida de Facundo Arana antes de ser un popular actor y “La vida de Dominguito”, donde narra las desventuras de un ministro de economía medio cavallo. Luego de una vasta trayectoria dijo lascivamente “basta!”, yo quiero a Federica Pais; sus asesores apenas pudieron conseguirle la presidencia del país, y así fue elegido Presidente de la Nación. Fundó en ese período muchas escuelas ya que la falta de educación, y guerras y saqueos no dejaban buenas secuelas. Debió soportar la Fiebre Azul y Amarilla que dejó miles de muertos, enfrentándose a Di Zeo en más de una cancha. Luego de su mandato había fundado también la Escuela Naval, de donde surgieron muchos nabos. Hacia 1888 se retiró al Paraguay junto con Aurelia Vélez, hija de Dalmacio Vélez Sarsfield y prima lejana de Nazarena. Dicen sus parientes cercanos que en su lecho de muerte le oyeron decir “Volveré y seré billetes”.

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Desde entonces los niños, como homenaje, empezaron a saludar a los maestros, y así fue durante muchos años, muuuuchos muchos años, hasta que un día..., comenzaron a amenazarlos de muerte si no los aprobaban, o a contarles a sus papis que el maestro le estuvo tocando sus partes íntimas.