A bailar samba el 14 de febrero, o la leyenda del SanVa lentín

La historia del día de San Valentín comienza hace muucho mucho tiempo, en el siglo tercero, al borde del Río Tercero, con un tirano emperador romano, Claudio López III, más conocido como “el tirano”, “yo claudito”, “el piojo” y “Cachita” por las noches, gobernando, y un humilde mártir cristiano: Rodolfo Valentino.

Claudio había declarado que asociarse con cristianos era un crimen castigado con la pena de muerte.

- “El que quiera ser cristiano, que pene.” - le dijo su secretario privado.

- “Sí, qué pene…” - pensó Claudio en lo que le había dicho la Sivia.

Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar sus creencias. Así fue arrestado por policías en acción y enviado a prisión. Se pateó todos los presidios, se pateó Caseros, luego se pateó Sierra Chica y terminó en Devoto, tal como él era, luego de patear el penal de Olmos.

- “Eh…, loco…, eso están arreglado con la Iglesia, no fue penal el de Olmo, loco…”

Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió. El carcelero, habiendo visto que Valentino era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, a recibir lecciones. Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. De hecho, su mente iba de un lado para el otro, no se quedaba quieta, a pesar del estatismo de ella. Valentino le leyó cuentos de la historia romana, el Decamerón Díaz, 100 años de Soledad Pastorutti y la biografía no autorizada de Rolo Puente. Le enseñó aritmética, geometría, física cuántica, meteorología y macramé. Le contó de astrología, astrofísica y astroboy. Y le habló de Dios. Ella nunca lo había visto jugar al Diego. Vio el mundo a través de los ojos de Valentino, que saltaban hacia la carita de Julia, porque Valentino tenía ojos saltones, de ahí su cansancio en la vista.

Un día el milagro se produjo. Julia recupero la vista, aunque técnicamente no la recuperó, ya que nunca la había tenido. Valentino le dio su CleroCard Internacional y ella pagó sus lentes de contacto en 6 cuotas sin interés. Sin interés en devolverle la guita a Valentino se fue corriendo a buscar un locutorio para meterse en internet a buscarse un novio, amigo, amante o todo junto.

Valentino fue ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270, y fue enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma. Cuenta la leyenda que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su tumba mientras escuchaba un CD de samba lenta brasileña.

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Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos y cada 14 de febrero, desde entonces el día de San Valentín, mensajes de afecto, amor y devoción son intercambiados alrededor del mundo, mientras bailan samba. Y Julia, que baila..., samba lentín.