Vera y Toño
Todo hacía presumir lo que iba a pasar. Vera Cruz, de vacaciones por Veracruz, leía que la cotización de la shoja caía, como caía a la vez el paquete de yerba La Hoja en el piso, desparramándose. No le importó. No, no le importó sino que le había traido de Buenos Aires, dado que los aranceles de importación eran muy elevados. Ella era muy proclive a esa infusión. Ahora se tenía que volver a Argentina otra vez ya que, yerba no había.
Pero no eran solo esos los motivos de Vera. De veraz que ella volvía por Toño, quien le llenaba el mate desde hace un tiempito atrás. Y adelante. O por su ex Narciso.
Tomó el avión (ya que otra cosa no pudo tomar, el hígado lo tenía hecho pelota y los pibes querían jugar un fulbito con él), y al arribar a Ezeiza se arrepintió de todos sus pecados. Incluso pensó en bajar en Uruguay y venir por tierra o por agua y no porque eso le fuera a agRadar. Pero por agua no, nadar en el Río de la Plata era casi un suicidio, y por tierra menos: los ambientalistas no se lo permitirían.
El avión milagrosamente arribó a Buenos Aires. Se tomó una cervecita en el Free Chopp y salió a ver si sus amigos y amigas habían venido a recibirla. Pero no. No veía a nadie. Ni a alguien. Ni Toño ni Narciso. Hasta que, de repente, él apareció. LlegO Toño.
Que si bien era un tipo cálido, terminaba siendo frío. Pero ella esperaba lo mismo que Eva de Adán. Que una idea se le caiga de la cabeza (a ella eso no le podía pasar, era rubia y modelaba), y sino, al menos, que se le caiga algo. “Ojalá que sea La Ho-ja”, cantaba Vera sin querer queriendo.
- “¡Oh Toño cuanto Te extrané!
- “¿Té o mate?
- “¿Y..., vos qué preferís? - preguntó ella, dudando.
- “Vos haceme jaque, y yo te doy mate” - contestó él con una sola duda. Sí, esa.
Y mientras ella calentaba la pava, no pudo dejar de ver la placa de Crónica TV: “Faltan 90 días para Elyn Vierno”. Pero, ¿quien sería esa atorranta??
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Si querés entender más, andá a los post del 22/9/2006 y del 21/12/2006