Argentina - Brasil en Beijing

“Los argentinos se las van a ver negras…” - comentaba la Pelela, vidente natural oriunda de Porto Alegre, sanadora espiritual, contorsionista de circo e hincha oficial de la batucada brasileña en Beijing - “… argentinos pechos fríos, riquelmedependientes, a ver qué hacen contra el pentacampeón del mundo, negras se las van a ver…”

La Pelela era increíble. Más que increíble, era muy creíble, sus predicciones eran aciertos. A ciertos hechos me remito. Por eso la delegación argentina tomó cartas sobre el asunto. También tomó con un maestro nipón un poco de sake para que les saken las tensiones.

El Tata Brown antes de que los jugadores argentinos se duerman les leía “Teresa Checha Batista, cansada de guerra”, la historia de la hija de Don Fulgencio Batista, un hombre que no había tenido infancia y que zafó así de ser monaguillo de la Fundación Felices los Niños. Los jugadores argentinos tomaron fuerza y salieron a jugar el partido ante el temible combinado verde-amarillo. “Vamos por el oro…”

Ya en la cancha, la hinchada brasileña, la “torcida”, fue obligada por Los Dos Chinos que custodiaban las tribunas a ponerse derechita derechita. Ello fue determinante, los jugadores brasileños no entendieron que les pasaba a sus hinchas, mientras que los chinos en general, casi todos parientes de supermercadistas de Capital y Gran Buenos Aires, definitivamente vivaron al equipo blanquiceleste, al compás (que le habían sacado junto a un transportador y una escuadra también blanquiceleste de la cartuchera del colegio a un alumnito) de “…vamos vamos, algentina, vamos vamos a ganal, que esta bala kilombela, no te deja, no te deja de alental…”.
“Rechazamos lo de “bala kilombela” - dijo un funcionario estatal - el proyecto del tren bala sigue adelante, y también en el medio y atrás”

Xuxa apareció en escena para alentar al equipo brasileño al grito de “vamos los bajitos”. Sin pensarlo más, ni siquiera Pininito Más, los bajitos salieron al ataque. 1…, 2…, 3…

“Los argentinos son unos pajarones - comentaba Thiago Kaká, carioca de alma, mientras tomaba Ron Aldiño - ya no está el Pájaro Caniggia que nos hizo perder el partido en el Mundial 90 de Italia, ni el Pájaro Campana, ni Pajarito Zaguri con Tanguito, ni Teresa Calandria, ni el Cardenal Samoré, ni Alfredo Halcón, ni el Zorzal Criollo los salva esta vez…, hablan demasiado, agrandados, hablan como el loro”

“Los argentinos se las van a ver negras…” - había dicho la Pelela. Y no se equivocó: Medalla asegurada y la final con los afro nigerianos. No hablan como el loro, van por el oro.
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- Che, Vítorhugo, ¿no hay cosas más importantes en el país que el fútbol?
- ¿Te parece, Juan? ¿Qué puede serlo?
- No sé…, pregunto... Indec, retensiones, matrimonio gay, educación sexual, el juicio por Cromagnon…
- ¿Te parece, Juan?
- Y…, me parece que sí, que el fútbol tapa cosas significativas que pasan en el país. Que el fútbol sirve para que los diarios vendan más y no trasciendan noticias que son verdaderamente importantes. Basta de fútbol. Basta de tapar las mentes de los argentinos con fútbol. Basta de fanatismos. Basta ya, de una buena vez...
- ¿Te parece, Juan?
- Claro que sí… Psss... Che, Vitorhugo, a qué hora jugamos con los de Nigeria. Hay que hacerlos mierda a esos negros putos del orto mal, hay que hacerlos recagar, negros maricones muertos de hambre, no?, no?, no? Negros y putos. Todos negros y todos putos. Ta madre…
- ¿Te parece, Juan? ¿Vos decís que los afrodescendientes de Nigeria son todos gays? Bueno…, hay algunos bastante lindos, ojalá así fuese.
- Mmmmm... Ok, ok, en fin, bueno, querido, chaucito, nos vemos, ¿si?. ¿Piquito?
- Dale, Juan, piquito, y nos vemos el sábado en casa pa ver el partido, ¿sí?.
- Dale, Toruguito, y te presento al divino de Esteban, que conocí en Amerika la semana pasada, no sabés lo bonito que es el guacho. Un morocho de Costa de Marfil..., hermoso por donde lo mires...