Hic!
Sentao en la pulpería, a la vera de la ruta, tomando un tintito tin Tito, estaba yo, solo. No solía beber mucho por entonces, recuerdo las palabras del Negro Lavié “mientras Beba Bidart, no hay problemas”. Y, hic!, mi hipo crecía.
En Santa Lucía no lucía muy bien la situación. El pulpero de Santa Lucía ya no tenía papitas ni manices pa acompañar la cerveza. Estaba, por ese motivo, re tenso, se notaban sus retensiones sin necesidad de que lo anduviera contando a viva voz.
“Se viene el día de lavandera” - comentaba Don Crápula, terrateniente conocido de la zona por ser teniente retirado trabajando en el portal web Terra, mientras recordaba a su pobre madre que lavaba todos los días, día tras día, mientras él también la baba todos los días dejaba caer cuando pasaban las jovencitas, hijas de los chacareros locales.
- “Estos se están llenando los bolsillos de moneda, moneda y moneda, la juntan con pala…, hay que aplicar retensiones para que los precios locales no se disparen…, si ahora están bárbaro, o no recuerdan cuando vino K que estaban atados a sus fincas pidiendo que no les rematen su campitos…, y ahora presionan…” Yo seguía tomando más tintito, y…, hic!, mi hipo crecía.
- “No es tan así” - interrumpió el silencio un Angel que antes de ir Al Freddo pasaba por el lugar, cual lugareño, o acaso yo creí que era un ángel, hic!, qué se yo…, mi hipo crecía, y crecía. “El gobierno se tiene que poner a dialogar, el impuesto es confiscatorio”.
- “Ustedes provocan desabastecimiento, no hay gasoil ni nafta, tiran la leche, falta harina…”
- “Ustedes no quieren dialogar, imponen impuestos confiscatorios, los chacareros se mueren de hambre…”
- “Ustedes!”
- “Ustedes provocan desabastecimiento, no hay gasoil ni nafta, tiran la leche, falta harina…”
- “Ustedes no quieren dialogar, imponen impuestos confiscatorios, los chacareros se mueren de hambre…”
- “Ustedes!”
- “No, ustedes”
- “No señó, ustedes…”
- “Ni ahí…, ustedes”
- “Usted es la culpable, de todas mis angustias, de todos mis reclamos” - cantaba el payador payaseando.
- “Usted es la culpable, de todas mis angustias, de todos mis reclamos” - cantaba el payador payaseando.
Ellos siguieron, cada uno en lo suyo. Yo pedí ooootro tintito, estaba entre un Reynaldo Merlot, o un JotaJota de Bodegas López. Y seguí dándole al novi, claro, y mientras, hic! mi hipo crecía. Por eso salí de la pulpería, fui hasta la ruta, ¿era la 66?, ¿o, acaso, la 666? La vista me engañaba, como mi última mujer…, que me acusaba de que yo la dejé por el tinto, y no fue por él, ni tampoco por el Luciano, no. Una vez, recuerdo..., la engañé con la Betty, la "Be" le decíamos, y le dije a mi señora, “dejé a la Be, Vida”, pero ella me vio con la bebida en la mano, y nunca me creyó.
Y así, de repente, hic! de por medio, sentí que mi hipo crecía, y crecía, mi hipo crecía, y se dispersaba por todo el país.
“Es todo una cuestión de género - decía un modista de moda cuyo trabajo realmente era de...sastre, y bien conocía de géneros y degenerados, mientras hacía un corte y confección en medio de la ruta - si el hipo crecía, seguro que la hipocresía también, y entonces estamos en problemas, Houston…”
Whitney siguió cantando sin inmutarse.
Hic!